First stop – Missionary Training Center

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Every journey needs a preparation and seek the feeling that we are ready for everything that soon will come.

My family never asked me if I wanted to serve a mission but where do I want to serve? And I even remember that we used to play with my oldest siblings using a globe to know where we would go.

Living the gospel and applying in the family or personally, it prepares us to feel more ready when we have to serve in the Lord’s work. I attended to seminary, I participated at church activities and enjoyed family home evening at home, but nothing was even better than the experience that I lived in the MTC.

As a missionary I remember that those 3 weeks were full of experiences that taught me to know God’s will, how to prepare myself more spiritually and forget about myself. After a few years of that wonderful time, I had the chance to be in the other side, been a teacher of great missionaries that arrived to Chile with the desire to change their lives and others lives. From this point of view, today I want to tell you how your sons and daughters live these experiences and also your missionary friends that were called to serve in Chile.

The time in the MTC is between 3 or 6 weeks, depends on the language. We receive them with a big smile and with their missionary plaque, which really makes them feel like a real missionary! Their faces show happiness, some of them fear and even confusion for not understanding maybe all the information that we give them. But I promise you that we make everything possible to help them feel comfortable and specials, BECAUSE THEY ARE!

Day two, welcome devotionals where they will meet their companions and the district were they will share classes every day. They learn their purposes as a missionary and we hope that will keep it in their hearts.

It’s amazing to see so fast their progress and to adjust to changes, maybe a few of them it will be harder than others, but they do their best effort. Food, tastes, culture, schedules and different accent, but with the purpose that unify them. The joy and the changes that they live in their hearts it can be seen reflect on their eyes.

I think that the most difficult for some of them, is to get used to the schedule and to be with someone the whole time, but the Lord polish his diamonds and prepare them on his own way.

They start the day with Personal Study, where they find answers to their questions and also they prepare themselves for their investigators.

Physical exercise and get ready for a long day of classes and new experiences. They go to class where they have district goals, companion and personals, doctrine classes, language, practice and activities that helps them to get more confident and develop the needed aptitudes to be a great missionary.

We saw them arriving shy, quiet and with the true desire to learn, after the 3 or 6 weeks, we say goodbye to these big warriors, not everything is done but we help them to get more tools, so they can feel how special they are and the importance on working on this time and being the Lords hands in this sacred land.

It’s time to leave and put everything into practice, visiting the real investigator with real problems, and that is when the spiritual experiences marks in every missionaries’ lives, because they forget themselves and they do the impossible to help their investigators and even learn to recognize the great ability that they have.

As I heard great leader say (which I consider is the best advice….) “Rise your heart and be joyful, because the time of your mission has come”.

 


Primera parada – Centro de Capacitación Misional

Todo viaje necesita una preparación y buscar sentir que estamos listos para todo lo que viene pronto. En mi hogar nunca me preguntaron si quería ser misionera, sino que ¿Dónde quería ir a servir? y recuerdo que jugábamos con un globo terráqueo junto a mis hermanos mayores para saber dónde iríamos.

Vivir el Evangelio y aplicarlo en familia o personalmente, nos prepara para sentirnos más listos a la hora de servir en la obra. Asistí a seminario, participe de las actividades en la Iglesia y disfrute las Noches de Hogar en casa, pero nada fue mejor como la experiencia que viví en el MTC.

Como misionera recuerdo que fueron 3 semanas llenas de experiencias que me enseñaron a conocer lo que Dios esperaba de mí, como necesitaba prepararme más espiritualmente y a olvidarme de mi misma. Después de un par de años de aquel maravilloso tiempo, pude estar del otro lado, y ser maestra de grandiosos misioneros que llegaban a Chile con el deseo de cambiar sus vidas y la de los demás. Es desde este punto de vista que hoy quiero contarles cómo viven esta experiencia sus hijos y amigos misioneros que fueron llamados a servir en Chile.

El tiempo de permanencia es de tres o seis semanas, según el idioma. Les recibimos con una gran sonrisa y con su placa misional, que los hace sentir un real misionero! Sus rostros demuestran felicidad, algunos miedo y hasta confusión por no entender quizás toda la información que les damos. Pero, les prometo que hacemos todo lo posible por ayudarlos a sentirse cómodos y que sientan lo especiales que son, por SÍ LO SON!

Día dos, devocionales de bienvenida donde conocerán su compañero/a y el distrito con el que compartirá sus clases cada día. Aprenden su objetivo como misioneros y esperamos que lo graben en sus corazones.

Es increíble verlos progresar tan rápido y adaptarse a los cambios, quizás para algunos es más difícil que a otros, pero hacen su mejor esfuerzo. Comida, sabores, costumbres, horarios y acentos diferentes, pero con un propósito que los une. El gozo y cambio que viven en sus corazones se ve reflejado en sus ojos.

Creo que lo más difícil para algunos es acostumbrarse a un horario y a estar con alguien cerca todo el tiempo, pero el Señor pule a sus diamantes y los prepara a su manera.

Inician el día con el Estudio Personal, donde buscan respuestas a preguntas y se preparan para sus investigadores. Ejercicio físico y alistarse para un largo día de clases y nuevas experiencias. Llegan al salón de clases donde tienen metas como distrito, compañerismos y personales, clases de doctrina, idioma, prácticas y actividades que les ayuda a ganar más confianza en ellos mismos y a desarrollar las aptitudes necesarias para llegar a ser un gran misionero.

Los vimos llegar tímidos, callados y con un deseo sincero de aprender, después de tres o seis semanas los despedimos como grandes guerreros, no todo está listo pero si les ayudamos a tener más herramientas, a que puedan sentir lo especial que son y lo importante que harán en este tiempo siendo las manos del Señor en esta tierra santa.

Ya es tiempo de salir y poner todo en practica, visitar investigadores reales con problemas reales, es cuando las experiencias espirituales marcan la vida de cada misionero, porque se olvidan de ellos mismos y hacen hasta lo imposible por ayudar a sus investigadores, y aprenden a reconocer la gran capacidad que tienen.

Como siempre escuche decir a un buen líder y lo considero el mejor consejo… “Alza tu corazón y regocíjate, porque la hora de tu misión ha llegado!”.

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Showing 3 comments
  • Ximena
    Reply

    Me encantó tu manera de describir el trabajo que los maestros realizan en el CCM y parece que puedo verlos llegar con sus caritas de “y ahora, que viene…?”
    Este Blog trae paz a los corazones de los padres de estos jóvenes y señoritas tan especiales que sirven en Chile.!! 🙂

  • Fernando
    Reply

    Hola Vane,

    Tu blog me ha sacado las lágrimas está mañana. Gracias por tomar el tiempo de describir las actividades de los misioneros. Tú eres a veces nuestra conexión con nuestros misioneros. Gracias por todo lo que das a esta causa tan linda.

  • Josefa Spolmann
    Reply

    I Love it! Thank u for the beatiful job vane!

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